muerte de los mil y un cortes
Solo era uno, el torturado
solo con su desnudez a cuesta
desnudez pública
como centro de la diana.
Cada tajo de la misma carne
multitud de cortes
turba que grita:
carne de hombro, de pecho, de costilla:
la descentralización de la carne.
Ellos no saben de conversiones.
Cada trozo es carne de mi carne.
Todo grito es de la multitud que sobrevive
privada de voz, dispersa
cuando en algún seno materno
se forma un hijo.