Collage de Laura Rincón López
Collage de Laura Rincón López

Qué miedo me da

la mirada despiadada de la mar

desde aquella noche de luna nueva

cuando noté lo imposible

de la fina línea

que separa el agua del horizonte.

Cuando tan liviana

livianísima

me dejé jalar por la corriente

hacia la oscura,

absoluta y oscura

profundidad.

Frente a ella

vuelvo a ser la niña aquella

en vestido violeta

que le preocupa

la inminente escasez de faros

para guiar marineros

las madrugadas

en que a dios se le acaban las estrellas.

En pesadillas

escribo mi epitafio

sobre la arena

de una playa sin nombre

donde un monstruo majestuoso

me arrulla, me canta

suaves melodías

hasta dormir.

La mar no me mima, la mar no me ama.

Tal vez es culpa mía

porque nunca aprendí a nadar

y aún aprieto los ojos

antes del chapuzón

en el momento exacto en que los rayos de sol

tibios e intrusos

me arrancan del vientre sagrado.

Cuando la marea está alta

El vacío es más espeso

Y los corazones, más turbios.

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