Editorial
¡Solavaya! Dice el gran cantor Ismael Rivera en una salsa made in Caribe. ¡Solavaya! Canta el cronista cuando advierte con su ojo negro de canario una fatalidad. Espantando con gracia la desgracia ¡Solavaya! gritan el cronista y el cantor. Conocen ambos el poder de la palabra, que no es la mera significación. ¡Solavaya! es el encanto, la invocación. Quien dice baile, que haga el baile. Pues, después de los huracanes de la historia, aún queda el bullicio de nuestras supersticiones, aún queda la sabiduría de nuestras desconfianzas y aún nacen revistas como esta, para que nuevas semillas tengan suelo donde florecer, a sabiendas de que lo nuevo es lo que de antaño renace.
Buscamos obras que sean como un buen baile: breves, pero con mucho ritmo. Como un merengue con pasos rápidos y movimientos de cadera. Como un cha-cha-cha movidito y que nos deje sudando. Además, queremos giros estéticos que nos lleven a dar pasos firmes sobre lo social-político. Con plena desconfianza de los géneros, recibimos todo tipo de artefactos poéticos: fotografías que reciten versos; cuentos con aliento a crónica; traducciones que sean piraguas para navegar entre riberas idiomáticas; experimentos en spanglish; ensayos avergonzados de su mítica forma de centauro…
Recibimos las entregas en la dirección de correo electrónico arte@solavayarevista.com. Con esperanza de que a orillas nuestras lleguen naufragios del ritmo y la imagen, les invitamos a enviarnos los siguientes artefactos en formatos word o de imagen (evitar pdfs), si es posible con una tipografía fácil de leer, color negro y tamaño 12-pts:
- Textos en español o spanglish
- Traducciones al español
- Fotografía, ilustraciones y arte gráfico
- Narrativas gráficas o visuales